Ubicada en la llanura pampeana, la Capilla San Bernardo (patrono del lugar) se erige en un pequeño monte de árboles, originariamente ocupado por una casa rural y sus corrales, ambos desmantelados para reutilizar sus materiales, fundamentalmente sus ladrillos centenarios. El sitio no cuenta con energía eléctrica, agua corriente, ni ningún tipo de servicio, la naturaleza impone sus condiciones.