El nombre de esta localidad se debe al ligero color rojizo de las areniscas que forman estos cerros, entre los que sobresalen el Colorado, el Veladero y el Intihuasi. Este color rojo se mezcla con el verde de la vegetación y la frescura del agua que aportan el Arroyo de los Molles y el Río de los Tártagos. Esta vasta región, llena de historias y tradiciones, ofrece a los visitantes poder ponderar y descubrir la evolución misma de nuestra cultura.
Fue un área donde se asentaron los aborígenes dejando uno de los testimonios más importantes de su arte a través de las pictografías del Cerro Colorado.