Las Piedritas, en el Norte cordobés, resguarda una gran riqueza cultural e histórica de mediados del siglo XVIII: en sus comienzos fue una antigua estancia que perteneció a la familia César, pobladores destacados y prestigiosos del lugar.
Aquí fue capturado el ex virrey Liniers cuando procuraba organizar sus tropas contrarrevolucionarias hacia el Alto Perú, un día de agosto de 1810.
Unos 30 años después, durante la invasión a Córdoba dirigida por el general Aráoz de Lamadrid en la Coalición del Norte, la posta funcionó como asiento de las tropas cordobesas que se encontraban bajo el mando del comandante Sixto Casanovas.
Más delante fue adquirida por Don Misael Ataide y en sus alrededores fueron tomadas prisioneras reconocidas personalidades, como el obispo Rodrigo Antonio de Orellana y el gobernador Juan Gutiérrez de la Concha, entre otros.
Una de las postas mas importantes del camino real, por los hechos sucedidos alli.